ChatGPT ya no es solo esa voz que responde al otro lado del teclado. Poco a poco, y casi sin que nos demos cuenta, ha ido colándose en los espacios más estructurados de nuestra vida diaria. Y no solo en el trabajo: también en entornos educativos, creativos y colaborativos. Ahora, con su integración en servicios como Google Drive y Dropbox, pasa de ser un asistente a convertirse en una extensión natural de nuestras herramientas digitales.
Esta nueva capacidad, presentada por OpenAI, permite a ChatGPT conectarse directamente con plataformas como Google Drive, Dropbox, OneDrive, SharePoint y Box. El modelo puede acceder, interpretar y extraer información de documentos y hojas de cálculo, respetando siempre los permisos configurados por los usuarios o por las organizaciones. De este modo, ya no se trata solo de hacer preguntas generales o generar textos, sino también de operar con datos estructurados, archivos complejos y documentación colaborativa.
Junto a esta integración, OpenAI ha presentado una función diseñada para el entorno profesional y académico: un “modo de grabación” que permite a ChatGPT tomar notas durante reuniones o sesiones de trabajo. Este sistema no se limita a transcribir lo escuchado, sino que organiza la información mediante marcas de tiempo, identifica acciones clave y crea un resumen útil de lo tratado. Se perfila como una herramienta especialmente útil para quienes buscan eficiencia en la gestión del tiempo y las tareas.
Estas funciones no están disponibles en la versión gratuita de ChatGPT, sino que se integran dentro de los planes de pago Team, Enterprise y Edu. En el caso de ChatGPT Team, el coste parte de los 25 dólares por usuario y mes (en suscripciones anuales con un mínimo de dos usuarios). Este modelo de negocio apunta a reforzar la posición de OpenAI como proveedor de soluciones para entornos profesionales, con propuestas pensadas no solo para grandes corporaciones, sino también para equipos pequeños y centros educativos.
La estrategia parece estar funcionando. Desde el lanzamiento de ChatGPT Enterprise en 2023 y la llegada de Team a principios de 2024, OpenAI ha sumado clientes como PwC, Canva y Estée Lauder, alcanzando los 3 millones de usuarios de pago en junio de 2025, frente a los 2 millones registrados apenas cuatro meses antes. Son cifras que apuntan a una consolidación rápida en un mercado de IA empresarial que se prevé multimillonario en los próximos años.
Y si algo reflejan estas nuevas integraciones es que la inteligencia artificial ya no es una herramienta que se consulta, sino una que se incorpora. ChatGPT no solo responde, sino que colabora. Accede a nuestros documentos, nos ayuda a organizarlos y, poco a poco, se convierte en parte de los procesos cotidianos. Puede que no sustituya al humano en la toma de decisiones, pero sí le allana el camino. Y eso, en un mundo saturado de información y tareas, es una diferencia que importa.
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