GTA VI es, probablemente, el videojuego más esperado del último decenio. Una promesa que ha atravesado generaciones de consolas, ha alimentado teorías de fans, rumores interminables y debates que escapan al ámbito puramente lúdico para rozar ya lo cultural. En ese contexto, cada silencio por parte de Rockstar ha sido interpretado como una declaración. Y cada anuncio, por breve que sea, se convierte en noticia global.
El último ha llegado hoy mismo, pero no es ni remotamente lo que esperábamos y deseábamos, ya que Rockstar ha confirmado oficialmente que el lanzamiento de Grand Theft Auto VI se retrasa hasta el 26 de mayo de 2026. En un comunicado escueto, compartido a través de su web y redes sociales, el estudio reconoce que la nueva fecha es posterior a la esperada, agradece el entusiasmo de la comunidad y asegura que el tiempo adicional es necesario para cumplir con los estándares de calidad que se han marcado.
Este cambio en el calendario no pilla del todo por sorpresa. Aunque en diciembre de 2023 se publicó el primer —y hasta ahora único— tráiler oficial del juego con la promesa de una llegada en 2025, los rumores de un posible retraso comenzaron a crecer a medida que avanzaba el calendario sin novedades. A pesar de que Take-Two, matriz de Rockstar, reiteró en múltiples ocasiones que el juego seguía previsto para otoño de 2025, el anuncio de hoy confirma que las dudas estaban más que justificadas.
El retraso, eso sí, se produce en un momento calculado. A solo dos semanas de una nueva presentación de resultados financieros de Take-Two, el movimiento parece destinado a gestionar las expectativas del mercado antes de que se conviertan en presión directa. Además, encaja con la estrategia comunicativa adoptada por la compañía en los últimos años, consistente en filtrar la información con cuentagotas y evitar comprometer fechas antes de estar completamente seguros. Strauss Zelnick, CEO de Take-Two, lo había adelantado en entrevistas recientes: preferían mantener el misterio y controlar el relato antes que precipitarse.
Las consecuencias del aplazamiento no se limitan a los seguidores de la saga. En la industria, la llegada de un nuevo GTA es un acontecimiento que condiciona todo el calendario. Otras editoras como EA o Sony han reconocido abiertamente que esperan a conocer la hoja de ruta de Rockstar para decidir las fechas de sus lanzamientos. Títulos como Battlefield, Borderlands 4 o el reciente Ghost of Yōtei se han movido en el calendario precisamente para evitar colisiones directas con el titán de Rockstar. Con este retraso, el final de 2025 queda despejado, lo que podría dar algo de oxígeno comercial a otras propuestas.
Ahora bien, el gran interrogante no es la fecha, sino el propio juego. Desde que en 2022 se confirmara oficialmente que el desarrollo estaba en marcha, apenas han trascendido detalles. Las filtraciones han sido mínimas y controladas, el tráiler no dio demasiadas pistas sobre el gameplay, y la compañía ha optado por un perfil extremadamente bajo. Todo esto contribuye, claro, a reforzar el mito, pero también multiplica la presión. Cuando un producto se convierte en leyenda antes de existir, cumplir con las expectativas se vuelve un desafío monumental.
Rockstar lo sabe, y por eso está apostando por el perfeccionismo. El estudio que reinventó el sandbox con GTA III, que elevó la narrativa del videojuego con Red Dead Redemption 2, y que sigue vendiendo millones de copias de GTA V cada año, no puede permitirse un traspié. Sabe que GTA VI no es solo su próximo título: es un evento cultural, un nuevo estándar, y para muchos, una promesa que lleva más de diez años gestándose.
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