Sé que suena a frase redicha, pero lo cierto es que Stardew Valley es, para su comunidad, mucho más que un juego. Conozco a no pocas personas que han encontrado en Pueblo Pelícano un espacio seguro, un lugar tranquilo, el «sitio» al que recurrir cuando necesitas desconectar por un rato de una realidad a la que le quieres pedir un descanso. Y es especialmente interesante esto pues, como bien saben quienes lo han jugado, ese es precisamente el punto de partido del argumento del juego.
Desde su lanzamiento en 2016, Stardew Valley se ha convertido en uno de los juegos independientes más influyentes y exitosos de todos los tiempos. Desarrollado prácticamente en solitario por Eric Barone, también conocido como ConcernedApe, este simulador de granja ha vendido más de 41 millones de copias hasta la fecha, convirtiéndose en un fenómeno cultural con una comunidad de jugadores apasionados que sigue creciendo casi una década después de su lanzamiento.
Sin embargo, aunque su atención se ha dividido en los últimos años, Barone ha dejado claro que Haunted Chocolatier es su principal prioridad en estos momentos. Desde que anunció este nuevo proyecto en octubre de 2021, ha tenido que alternar su trabajo entre el desarrollo de este título y las actualizaciones de Stardew Valley, incluyendo la espectacular actualización 1.6, lanzada en marzo de 2024. Esta actualización no solo incluyó nuevos contenidos, sino también importantes mejoras técnicas y correcciones que requerían su atención antes de que pudiera volver a centrarse en su próximo título.
Aun así, en una reciente entrevista, Barone dejó entrever que no descarta la posibilidad de desarrollar un Stardew Valley 2 en el futuro. Aunque fue cuidadoso al aclarar que no hay planes concretos en este momento, mencionó que le gustaría volver a ese universo en algún momento. Esta declaración ha sido suficiente para reavivar las esperanzas de los fans, que llevan años especulando sobre cómo podría expandirse el mundo de Pueblo Pelícano y qué nuevas mecánicas podrían incluirse en una posible secuela.
Sin embargo, crear una secuela de un juego tan querido no es una tarea fácil. Stardew Valley se ha ganado un lugar en el corazón de los jugadores precisamente por su simplicidad, su encanto rural y su libertad para que cada jugador defina su propia experiencia. Superar esas expectativas sin perder la esencia que hizo único al juego original podría ser uno de los mayores desafíos para Barone, especialmente en un mercado donde las secuelas prácticamente siempre se enfrentan al escrutinio de comunidades muy exigentes.
Mirando al futuro, la posibilidad de un Stardew Valley 2 plantea muchas preguntas interesantes. ¿Debería expandir el mapa para incluir nuevas localidades y personajes? ¿Debería centrarse más en la narrativa o en la simulación de vida? ¿Y cómo podría innovar sin perder el espíritu que hizo del original un éxito global? Lo que está claro es que, si Barone decide finalmente desarrollar esta secuela, las expectativas serán altísimas, tanto para los fans del juego original como para una nueva generación de jugadores que ha descubierto el encanto de Pueblo Pelícano en los últimos años.
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